¿«Planificación familiar»?: Control demográfico de los empobrecidos por parte del neocapitalismo global.

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El pasado 11 de julio se celebró, como todos los años desde 1989, el Día internacional de la Población tras el impacto que supuso que el 11 de julio de 1987  la Tierra alcanzase los 5.000 millones de habitantes. Por ello la ONU ha dedicado este año el día al tema de la Planificación Familiar como «derecho humano». ¿Qué se pretende con este objetivo? 

 El objetivo no es otro que convertir el aborto y los anticonceptivos ( llamados Derechos sexuales y reproductivos) en una forma legalizada y legitimada de control político y cultural de los empobrecidos de la Tierra amparándose en el mito de la superpoblación  cuando todos los datos apuntan hacia un invierno demográfico, sobre todo de los países enriquecidos, y de un envejecimiento de la población mundial como lo demuestra la evolución de China.[1] Además sabiendo que la Tierra tiene recursos para mucha más población de la actual y que el el consumismo de los países enriquecidos el que realmente cuestiona la sostenibilidad del planeta.

El documento Perspectivas de la Población Mundial en su revisión de 2017 —World Population Prospects—, publicado cada dos años por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU (DAES), presenta un examen completo de las tendencias demográficas mundiales y de las perspectivas futuras.

Según las estimaciones y proyecciones demográficas  la población mundial asciende actualmente a casi 7.600 millones de personas. Los dos continentes más poblados son, sin duda, Asia y África, con 4.500 y casi 1.250 millones de habitantes, respectivamente. Europa ocupa el tercer lugar con 742 millones de habitantes, seguida de América Latina y el Caribe con 646 millones de habitantes, América del Norte con 361 millones, y por último Oceanía con 41 millones de habitantes.

Durante la última década, esta tasa de crecimiento ha mostrado un cierto descenso a nivel mundial —hace diez años la tasa era del 1’24% anual y hoy es del 1’1%—, pero se espera que alcancemos los 8.600 millones de habitantes en 2030, los 9.800 millones en 2050 y los 11.200 millones en 2100.

Según las previsiones de la ONU, el mayor crecimiento se producirá en África, cuya población alcanzará los 1.704 millones de habitantes en 2030, 448 millones más que en la actualidad. En Asia, debería ser ligeramente inferior, alcanzando  4.947 millones de habitantes en 2030, es decir, un crecimiento de 443 millones. Este es el gran peligro para el neocapitalismo global: la presión demográfica de los empobrecidos.

La población de los países de América Latina y el Caribe aumentará en 72 millones, pasando de los 646 millones actuales a 718 millones en 2030. En América del Norte y Oceanía, la población aumentará, respectivamente, hasta 395 millones —34 millones más que en la actualidad— y 48 millones —7 millones más que en la actualidad—.

No hay que olvidar que la frontera entre Europa y África subsahariana es la que presenta mayor desigualdad del mundo con una proporción mayor de 1 a 30 en el nivel de ingresos.

Europa es el único continente cuya población está destinada a disminuir. Se espera que pase de 742 millones en la actualidad a 739 millones en 2030, según los pronósticos de la ONU, una pérdida de tres millones de habitantes. Se espera que este declive demográfico en Europa continúe a lo largo del siglo; tendrá 716 millones de habitantes en 2050, lo que supone una disminución de 26 millones en comparación con la situación actual, y 653 millones de habitantes en 2100, 89 millones menos que en la situación actual. Sin duda el invierno demográfico de Europa es el principal problema que cuestiona su propio nivel de vida. Por un lado necesita más de 50 millones de inmigrantes en el año 2050 y por otro lado no puede abrir las fronteras porque África, el continente más empobrecido, robado, expoliado, está a la espera y exige justicia a su manera. No hay que olvidar que la frontera entre Europa y África subsahariana es la que presenta mayor desigualdad del mundo con una proporción mayor de 1 a 30 en el nivel de ingresos.

Por un lado necesita más de 50 millones de inmigrantes en el año 2050 y por otro lado no puede abrir las fronteras porque África, el continente más empobrecido, robado, expoliado, está a la espera y exige justicia a su manera

Para el período 2017-2050, las Naciones Unidas estiman que la mitad del crecimiento de la población mundial se concentrará en solo nueve países: India, Nigeria, la República Democrática del Congo, Pakistán, Etiopía, Tanzania, Estados Unidos, Uganda e Indonesia.  La mayoría pobres.

Se prevé que la población de la India superará a la de China. Mientras que  China tiene actualmente alrededor de 1.410 millones de habitantes, la India tiene 1.340 millones. Para 2024, los dos gigantes asiáticos tendrán 1.440 millones de habitantes. Según las Naciones Unidas, la población de la India seguirá creciendo hasta alcanzar los 1.660 millones de habitantes en 2050, mientras que se espera que la población de China comience a disminuir lentamente después de 2030. Esto explica por qué China abolió la  política de hijo único a finales de 2015.

Nigeria con cerca de 191 millones de habitantes, es ya el país africano más poblado y el séptimo a nivel mundial. Según estimaciones de las Naciones Unidas, la población de Nigeria seguirá creciendo y se espera que haya superado la de los Estados Unidos, convirtiéndose en el tercer país más poblado del mundo. Para mediados de siglo, se espera que al menos seis países tengan más de 300 millones de habitantes: China, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán y Estados Unidos.

No todas las naciones del planeta están viendo aumentar su población. En 51 países está previsto que disminuya, algunos de ellos con una tasa de más del 15% de aquí a mediados de siglo, por ejemplo en Bulgaria, Croacia, Letonia, Lituania, Moldavia, Polonia, Serbia y Ucrania.

Según la ONU, en todos los países europeos la fecundidad total ha caído por debajo del “umbral de renovación” de 2’1 hijos por mujer, el cual permite mantener un nivel demográfico constante con un sistema sanitario bueno. Aunque se espera que la fertilidad europea aumente de 1’6 hijos por mujer en 2010-2015 a alrededor de 1’8 hijos en 2045-2050, esto no será suficiente para detener el declive de la población.

El neocapitalismo actual está utilizando sobre todo los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS – Agenda 2030 (antes ODM- Agenda 2015) a través de Global Compact UN [2] para implementar una serie de políticas de control demográfico de los empobrecidos mediante el Objetivo nº 3 sobre «Salud» fundamentalmente. En este objetivo, auténtico caballo de Troya para el exterminio de los pobres, se incluyen varios planes estratégicos para el control poblacional como son  Estrategia mundial para la salud de la mujer, el niño y el adolecente 2016-2030; Estrategia de Planificación Familiar 2020 y Productos Básicos de Supervivencia donde el aborto y los anticonceptivos en adolescentes especialmente se sitúan a la cabeza de las principales medidas. Hablan del llamado DividendoDemográfico, es decir. Para luchar contra la pobreza y tener más recursos hay que eliminar el exceso de «pobres» con ello se podría disponer de unos 100.000 millones de dólares adicionales. Cantidad manifiestamente ridícula en comparación con el expolio comercial, tecnológico, financiero, etc. al Tercer Mundo.

Desde Profesionales por el Bien Común denunciamos el control de población de los empobrecidos y exigimos medidas reales que eliminen la injusticia de las actuales estructuras económicas y políticas.

 

Carlos Llarandi Arroyo

Profesionales por el Bien Común

[1] Cfr. Sánchez Barricarte, J. Crecimiento de la Población Mundial: Implicaciones socioeconómicas, ecológicas y éticas. Tirant lo Blanch. Valencia, 2008

[2] Global Compact o Pacto Mundial es un instrumento institucional que coordina la política global de Naciones Unidas bajo la dirección de la principales corporaciones transnacionales y cuyo objetivo es legitimar la acción del neocapitalismo mundial. Muchas ONGs y fundaciones colaboran activamente en esta red mundial. Cfr. Llarandi Arroyo, C. Global Compact como estructura de pecado del sistema neocapitalista. Ediciones Voz de los Sin Voz. Madrid. 2017.

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