No salimos más fuertes. Ni mucho menos.

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El gobierno ha comenzado una Campaña en las redes sociales y en los periódicos nacionales con el slogan #SalimosMasFuertes. ¿Está justificado este slogan?  

Si tenemos en cuenta los datos de paro y de fallecidos, sobre todo entre los mayores; si miramos la situación sociopolítica, el enfrentamiento social, la desigualdad aumentada, la debilidad institucional y la manipulación informativa; no podemos más que negar dicha campaña y su hastag.

 

Campaña institucional del gobierno

No podemos confundir la preparación y la fortaleza que adquiere una persona o un colectivo en la vida, fundada en la reflexión y en la experiencia personal y comunitaria ante las dificultades, con la selección generada por un virus aterrizado en un sistema económico salvaje y en un gobierno que descuidó sus responsabilidades.

Sobre todo, cuando en realidad esta selección tiene lugar a costa de las personas que está en la parte más débil, más vulnerable.

No, no estamos hablado de la resistencia biológica, podríamos llamar hórmesis[1], estamos hablando de otra cosa.

Lo que no me mata me hace más fuerte, ¡pura filfa!

El argumento ha inculcar de fondo es el siguiente: el sistema me ha perdonado la vida porque soy más fuerte que otros, y por tanto, me encuentro fortalecido en la población seleccionada de la campana de gauss en la que estoy por encima. No somos un Mitríades[2] griego que supera las dificultades y los venenos con pundonor bélico. Ni mucho menos.

¿Creemos que acaso hemos superado un examen eliminatorio? Mejor que no sea así.

En ocasiones, como dice Nicholas Taleb en su libro Antifrágil, existe una ilusión de falsa causalidad. El autor del libro El cisne negro nos recordaba el caso de los exiliados soviéticos, qué tras una visita a los Gulag, conociendo el número muertos habidos en estos campos de concentración soviéticos, se sentían endurecidos y fortalecidos. Habían adquirido una gran distancia psicológica con la situación de los presos fallecidos y la suya. No es nuevo en la historia.

Es evidente que la población superviviente no es más fuerte, sobre todo si no hay una reflexión crítica de lo sucedido. Hemos de señalar por tanto, que fragilidad que abraza a la condición humana, se puede convertir en fortaleza social en el trabajo por el bien común. Pero no porque lo diga un slongan a la espera de réditos políticos.

No estamos por tanto ante un fortalecimiento social, alguien ha pagado muy cara la “mejora del sistema …” O tejemos una estructura social, política y profesional que responda a los distintos “cisnes negros” de esta época, o viviremos la permanente selección de la ley de la selva impuesta.

 

Alberto Mangas

 

[1] La hormesis, un fenómeno de relación entre la dosis y la respuesta, caracterizada por estimulación a bajas dosis e inhibición con altas dosis, ha sido frecuentemente observada en estudios adecuadamente diseñados, y es ampliamente generalizable como independiente de los agentes fisicoquímicos, el modelo biológico y el objetivo de evaluación.

[2] Grecia Siglo I a de C . La leyenda más conocida es la de su resistencia a los venenos: en un intento por protegerse de posibles envenenamientos, acostumbraba a experimentar los efectos de los tóxicos con delincuentes convictos y consigo mismo, buscando un antídoto que lo mantuviera a salvo de posibles intentos de asesinato, lo cual encontró en el mitridato, una mezcla de sustancias vegetales y animales atribuida a su invención, que le permitió inmunizarse

https://es.wikipedia.org/wiki/Mitr%C3%ADdates_VI

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