La agresión a la juventud y a su salud. Antes y después de la Covid-19

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Estamos en un mundo salvaje para el ser humano. También para la salud mental de los jóvenes.

Antes de la pandemia ya existía un aumento considerable de los casos en los más jóvenes, pero como en otros fenómenos, la Covid-19 los ha venido a acelerar. 

No se puede usar la pandemia para tapar las vergüenzas de lo que ya estaba ahí.

Las nuevas tecnologías (juego, drogas, pornografía on line, apuestas, redes sociales sin control, aislamiento e individualismo) son factores que en los últimos años han propiciado un aumento de casos, sin olvidar las difíciles situaciones familiares que se viven puertas adentro de los hogares (socioeconómicas, convivencia, inestabilidad familiar). La agresión a la familia y el desempleo juvenil han sido factores determinantes. 

Por otra parte muchos profesionales en salud mental han denunciado, que aunque los servicios se han incrementado en las distintos sistemas sanitarios, no han sido suficientes ante el gran incremento de la demanda de los últimos 10 años. Aunque lo más desgarrador para muchos jóvenes, es que no tienen una «comunidad» de acogida y de sanación en el amplio sentido de la palabra, de esperanza para encauzar sus vidas, donde puedan desarrollar su vocación (profesional, solidaridad…)

Aunque lo más desgarrador para muchos jóvenes, es que no tienen una «comunidad» de acogida y de sanación en el amplio sentido de la palabra, de esperanza para encauzar sus vidas, donde puedan desarrollar su vocación (profesional, solidaridad…)

Expertos en salud mental juvenil alertaron de que en el último año, el protagonizado por la crisis social desatada por el coronavirus, se ha disparado el número de adolescentes que llegan con problemas psicológicos o psiquiátricos a las urgencias de los hospitales.

INFORME

Los investigadores del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, autores de un informe de referencia nacional sobre trastornos mentales en la juventud, indicaron que han detectado un aumento del 45% de adolescentes atendidos por estas patologías en el primer trimestre de este año.

Los especialistas atribuyen la avalancha a la suma de al menos dos factores. Que la pandemia ha dificultado la accesibilidad de chicos y chicas a las consultas de salud mental de atención primaria, el primer filtro del sistema, y que los efectos del confinamiento y las restricciones sociales se han convertido en foco de estrés muy notable, sobre todo para los jóvenes que presentaban síntomas de alguna patología previa a la mutación de su vida por la covid.

Los datos proporcionados por este centro médico juvenil de referencia concuerdan con las conclusiones del estudio de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), dadas a conocer hace pocas semanas. El trabajo avisaba que la gran preocupación actual de tres de cada cuatro alumnos de secundaria es su salud mental, la enorme factura psicológica y emocional que les está pasando una pandemia que desde hace más de un año ha puesto patas arriba toda su vida social y personal.

Mantener el equilibrio mental era la gran prioridad del 72% de los estudiantes de ESO, FP y Bachillerato, por delante de los dolores de cabeza que les provocan los exámenes y las evaluaciones (65%), o de los problemas que les da la docencia a distancia, que, con el 42%, solo ocupaba el sexto lugar entre sus mayores preocupaciones. «La crisis ha debilitado los lazos sociales, ha reducido el ocio y ha trastocado los institutos, que en muchos casos eran el principal espacio de socialización del estudiantado», según concluía el diagnóstico de una de las organizaciones más representativas en los institutos.

Los expertos barceloneses, en el marco de la presentación de su informe ‘Una mirada a la salud mental de los adolescentes’, hicieron especial hincapié en que la detección precoz de las patologías mentales en la juventud es un hecho determinante, pues en esta etapa inicial muchos pacientes pueden ser recuperados y porque la mayoría de los trastornos juveniles se manifiestan antes de los 14 años. Pidieron a padres y educadores que estén atentos a síntomas como las alteraciones de sueño o apetito, a cambios constantes de humor, a la tendencia al aislamiento social, o a dificultades de concentración.

El análisis recoge que el principal problema de salud mental entre los jóvenes es la ansiedad, que desarrollan entre el 10% y el 20% de ellos, con una complicación grave que alcanza al 5% de los chicos, como es la depresión.

Los expertos también han detectado que la pandemia ha disparado los trastornos alimentarios, como la anorexia, la bulimia o el atracón, en los que los picos de estrés provocan riesgos de recaída y de empeoramiento. Detallaron que sus servicios de salud comunitarios atendieron en el último año un 25% más de casos y que la unidad específica para estas patologías que tiene el Sant Joan de Déu recibió el doble de derivaciones.

Los otros dos trastornos con notables aumentos son las ideaciones suicidas y, sobre todo, las autolesiones, una peligrosa respuesta con la que cada vez más jóvenes españoles tratan de escapar de la tristeza, la rabia u otras emociones negativas. 

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