Monopolios en la red: Sistemas dañados, economía de adicción, ecosistemas viciados.

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En una entrevista a  Mitchell Baker (Oakland, 1957) en Retina (El País), la presidenta de la Fundación Mozilla aporta datos poco alentadores sobre la red de redes dentro de la actual revolución tecnológica…

La World Wide Web acaba de celebrar su 30 aniversario. La responsable de la fundación afirmó que «antes teníamos Microsoft y Apple, aunque Microsoft tenía el 90% del mercado y Apple un 9%. Ahora son Apple y Google, con Amazon por detrás, y, por supuesto, Facebook. Así que hemos vuelto a un sistema dañino»

 

Nada alentador que la red de redes se vuelva cada vez más monopolio en una clara convergencia con los dispositivos y sus sistemas operativos

 

Para Mitchell la web ha ido en remisión durante la era de los smartphone, sometidos a la dictadura de las app (grandes corporaciones), los incentivos fiscales y financieros han ido a parar a la tecnología del móvil en la última década. Llega a afirmar con rotundidad que la red o internet en «abierto» está en peligro de forma incuestionable.

¿Qué consecuencias tiene esto? El ecosistema cerrado que existe entre las grandes compañías de sistema operativo-dispositivo-app…

Para la responsable es muy de temer la situación de las nuevas generaciones de todsas las partes del mundo que «han llegado a la red a través de un teléfono y jamás han experimentado algo distinto. No es que el teléfono en sí sea el problema. Es que estamos de nuevo en un ecosistema cerrado, con dos compañías controlando los sistemas operativos del teléfono. Ese es el problema

 

Si pudieras corregir el comportamiento de Facebook, Google y Amazon, ¿qué cambiarías?

Es difícil cambiar algo y proteger el actual modelo de negocio. Conocemos el efecto de la competición en el mercado, lo hemos usado en otras industrias para promover mejores comportamientos, para dar a los consumidores cierto rango de opciones. En internet no tenemos nada parecido. Así que una posible respuesta sería permitir el florecimiento de la competencia.
Otra parte es la vigilancia ubicua: tenemos que encontrar un modo de cambiar eso o tenemos que desarrollar algún tipo de respuesta social que preserve la democracia y la libertad en países con distintos sistemas políticos, que proteja la libertad del individuo para actuar.

 

¿Encaja aquí el concepto de economía de la adicción que ha mencionado en otras ocasiones?

Creo que en la sociedad hay diferentes puntos vista sobre cuánto debe regularse la adicción. En algunos casos decidimos que ciertos tipos de adicción están bien. El tabaco es legal, el alcohol también, a partir de cierta edad, otras drogas no… Pero no hay muchos casos en los que uno pueda mirar a la adicción y decir ‘oh, este es un buen escenario’. Creo que la economía de la adicción es un problema, especialmente porque todavía no entendemos el poder del minado de datos dirigido a nosotros.
Con la vigilancia ubicua, el monitoreo y la recopilación de datos sobre nosotros y la habilidad para almacenar y procesar información rápidamente, es muy posible crear una respuesta basada en ti individualmente y ante la que los ciudadanos no estamos preparados para defendernos.

 

La responsable de la fundación Mozilla también reflexiona sore los nativos digitiales y su diferencia con los que conocieron los inicios de la www.

La generación anterior a los nativos digitales es precisamente la que vio los primeros días de la web, cuando era más fácil crear. En lo que respecta a cómo hacer algo si no hay una app para eso, quienes vivieron esa experiencia previa tienen una mejor comprensión de cómo crear algo nuevo. De alguna manera, estamos perdiendo algunas ciertas creativas.

 

Mercados controlados por estos gigantes

 

Una de las grandes bazas con las que cuentan Apple, Google y Amazon es que todos sus productos «gustan» a la gente. Los estadounidenses, canadienses, franceses o indios compran Iphone, tienen servicio Prime y googlean restaurantes, se introducen hasta el fondo del ecosistema sin crítica alguna.

Esto último ha permitido que estas compañías tecnológicas posean una cuota de mercado casi monopólica. En el caso de Amazon, la empresa recibe el 93% de las ventas de libros electrónicos. Del mismo modo que Apple y Facebook poseen el dominio de las redes sociales y smartphones.

 

Además de todo esto, las normas de regulación estadounidenses son demasiado blandas. Algunos expertos aseguran que Apple, Google y Amazon perjudican gravemente el empleo, la innovación y los salarios.

 

Por el contrario, Europa cuenta con unas políticas de restricción mucho más fuertes y podrían ponérselo más difícil a los gigantes tecnológicos. Por ahora les hacen «cosquillas».

Uno de los casos más sonados fue la millonaria multa a la que tuvo que hacer frente Google. Europa impuso una sanción económica de 2.420 millones de euros al buscador por “abusar de su posición dominante en el mercado para promocionar su propio servicio en los resultados de las búsquedas y perjudicar a los de sus competidores”

 

Las compañías tecnológicas se defienden argumentando que nuevos competidores pueden entrar en el mercado en cualquier momento, y que su dominio, por lo tanto, no está garantizado.

Imposible o no, lo que sí es cierto es que es muy complicado competir contra estos monstruos tecnológicos, y que en el caso de hacerlo las empresas deben de invertir cantidades astronómicas de dinero.

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