«La sociedad de la externalización»

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Todos sabemos que la verdad nos hace libres y la mentira nos hace esclavos y cómplices del mal. Hacía tiempo que un libro no describía con claridad meridiana la mentira fabricada con la que se ha querido ocultar las causas de que una minoría de sociedades vivan muy bien y la inmensa mayoría de la humanidad haya bajado en vida a los infiernos del hambre,  de la  miseria, de la guerra, etc. «La sociedad de la externalización»[1] de Stephan Lessenich[2] de una manera sencilla, clara y contundente pone encima de la mesa la verdad de un genocidio planificado.

 

Desde hace casi 40 años el Movimiento Cultural Cristiano, mediante su campaña «Por la Justicia en las relaciones Norte-Sur. No matarás. Dios» viene denunciando las causas del hambre, la miseria, el paro o la esclavitud de la inmensa mayoría de la humanidad. Todo un sistema imperialista formado por multinacionales, organismos internacionales y supranacionales, gobiernos , fundaciones, élites y ONGs coordinados desde diferentes ámbitos y foros controla el comercio, los recursos naturales,  la tecnología, la información, los flujos financieros, impone direcctrices, leyes, tratados, etc. haciendo que una minoría de la población del planeta viva a costa de la inmensa mayoría de la población del mundo.

La Campaña por la Justicia Norte Sur es un pequeño David frente a Goliat pero el trabajo militante de años ha tenido sus importantes logros: ya no se habla de «pobres» sino de «empobrecidos»; ya no se habla de «ricos» sino de «enriquecidos». La esclavitud que se creía abolida en el imaginario del Norte, el MCC la puso delante de las sociedades opulentas señalando sin complejos que gracias a la esclavitud, especialmente de los niños, las sociedades enriquecidas consumen productos de todo tipo a unos precios vergonzosos.

 

Y precisamente por poner delante de las narices de la sociedad opulenta las verdaderas causas del hambre y la miseria fue  la Campaña por la Justicia Norte Sur fue silenciada, difamada y perseguida.

 

Tuvo que aguantar el envite de la falsa izquierda (progresía) política y sindical que se había convertido en cómplice del neocapitalismo trasnacional aceptando y legitimando el robo al Tercer Mundo y con ello corromper a una clase obrera que renunciaría a la cultura militante de la solidaridad por la cultura de consumismo burgués. Tuvo que aguantar el envite de la buena conciencia de muchos cristianos que en lugar de reconocer las verdaderas causas (políticas) del hambre que la Doctrina Social de la Iglesia ya denunciaba[3] abiertamente desde los años 70 del siglo XX prefirieron mantener estrategias asistencialistas para hacer compatible la buena vida del Norte  con la buena conciencia de una falsa ayuda al Sur empobrecido. También se tuvo que aguantar el envite de la opinión pública social y en gran parte eclesial cuando la campaña denunció el «caballo de troya» capitalista de las ONGs y la gran indecencia del 0,7% del PIB de ayuda al Tercer Mundo[4].

El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Las ONGs[5] han sido y son el instrumento social de legitimación del expolio del Norte al Sur. En general se sufrió el rechazo social generalizado porque la sociedad de la opulencia (la española) no quería ver que su bienestar se sustentaba en el hambre, la miseria y por tanto en la muerte de millones de seres humanos del Tercer Mundo.

En estos momentos se está viviendo un punto de inflexión porque los efectos del matar de hambre a la mayoría de la humanidad  junto con los efectos de la actual revolución tecnológica están llegando a las puertas de la sociedades opulentas. Ya no se puede seguir mirando hacia otro lado. La mentira es demasiado grande para camuflarla.

 

La tesis de la «Sociedad de la externalización»

 

La tesis fundamental es que el bienestar de las sociedades enriquecidas ( Norte Global, minoría) es y ha sido posible gracias a la explotación y dominio de la sociedades empobrecidas (Sur Global, mayoría). Esta tesis queda mostrada, más que demostrada, por la evidencia científica honesta de multitud de estudios. El expolio del Norte global al Sur global es un hecho incuestionable. Y este expolio es posible por la configuración de una estructura de poder (político, económico, cultural) que se ha ido gestando y madurando en los últimos 500 años. Es la era del capitalismo. Hay un centro industrial y financiero y hay unas periferias subordinadas a ese centro. Hay un «adentro» del «bienestar» porque hay un «afuera» del «malestar». La estructura de poder de la sociedad de la externalización hace cómplices a todos aunque no quieran cometer la injusticia.

El capitalismo tiene una dinámica de crecimiento y expansión que necesita un «afuera» de donde extraer recursos de todo tipo materiales y humanos y adonde externalizar las negatividades ( contaminación, esclavitud, fronteras, guerras,…)[6]. Este dinamismo expansivo tiene un efecto «boomerang». Las externalidades negativas rebotan y regresan a las sociedades opulentas (inmigración, contaminación, conflictos, economía bajo demanda,…).

 

El silencio nos hace cómplices.

 

La «forma imperial de vida» es como se denomina a la forma de vida consumista de las sociedades opulentas y que nos hace cómplices del sistema aunque no queramos.  Y una de las características de esta forma de vida es que se niega a ver algo que intuye incluso sabe y es que su bienestar es posible exclusivamente por la explotación y la dominación de millones de seres humanos que están muy «lejos» y que deben permanecer muy lejos para que no incomoden, salvo que se necesiten para tareas especialmente desagradables o que no se quieren hacer. Incluso los más desfavorecidos de las sociedades opulentas ven a los empobrecidos de Sur global que llegan a las fronteras como amenaza. Sin embargo, estadísticamente hablando, los sectores más pobres de las sociedades enriquecidas tienen bastantes más recursos que la mayoría de la población de las sociedades empobrecidas. Por ello los neopopulismos proteccionistas están creciendo en todos los países enriquecidos. Por ello hay que reconocer que es complejo plantear esto en una sociedad en la que la precariedad está creciendo constantemente.

Por otro lado, las élites que gobiernan la sociedad de la externalización saben que es muy difícil seguir sosteniendo la mentira del «bienestar» lo cual hace que realmente se esté viendo el momento actual como un punto de inflexión. El dinamismo descontrolado del neocapitalismo ha llevado a niveles de desigualdad brutales tanto dentro de cada sociedad como a  nivel global. Pero las desigualdades crecientes en las sociedades opulentas siguen siendo mucho menores que las desigualdades entre países del Norte y del Sur global.

 

Lo que dice «la sociedad de la externalización»

 

Sin ser muy exhaustivo el libro señala varias ideas fuerza muy a tener en cuenta. 1) El Norte global expolia  estructuralmente al Sur global y gracias a ello disfruta de grandes niveles de bienestar. 2) Esta injusticia se ha intentado y se intenta maquillar de muchas formas para mantenerse: el mito de crecimiento; los falsos estudios científicos, la engañifa de los  Objetivos del Milenio o del Desarrollo Sostenible, etc .3) La mentira de la «ayuda» de los enriquecidos a los empobrecidos para tranquilizar la conciencia. 4) La pobreza no es «relativa». Los pobres en todo el mundo mueren más y antes que los enriquecidos. 5) La globalización solo es buena para los enriquecidos. Los opulentos se pueden mover por todo el planeta los empobrecidos, no. La fronteras son «semipermeables» solo permiten el movimiento de unos y bloquean el paso de otros. 6) Los países empobrecidos son objetivamente más solidarios acogiendo. 7) Esta situación solo tiene solución si se cambian las estructuras político-económicas.

 

Lo que no dice » la sociedad de la externalización»

 

A  veces lo que no se dice puede ser tan o más importante que lo que se dice. Por ejemplo no se cita en ningún momento que la causa de la pobreza en el mundo sea el exceso de población ( de empobrecidos). El mito de la superpoblación es el mantra de los voceros del neocapitalismo para imponer el control demográfico contra los pobres. «La sociedad de la externalización» demuestra que el problema de la sostenibilidad es el hiperconsumo de las sociedades opulentas. Toda la parafernalia de fundaciones de multinacionales, ONGs, organismos internacionales para imponer el aborto, la anticoncepción, «los derechos sexuales y reproductivos», etc  para acabar con la pobreza es un puro invento imperialista.

Tampoco habla el libro de los llamados conflictos de género como determinantes de la situación de injusticia global ni social. De hecho más bien los critica indirectamente al no  mencionarlos y especialmente cuando habla del mercado de la gestación subrogada en los países empobrecidos o de la explotación de las inmigrantes que permite el desarrollo profesional de las mujeres enriquecidas. La pregunta que te surge es ¿Dónde están las feministas o el lobby LGTB? ¿No serán parte del entramado neocapitalista?

Otro elemento que se «echa de menos» en el libro es la ausencia de crítica alguna contra la Iglesia Católica o contra la religión en general. Es verdad que no menciona la Doctrina Social de la Iglesia que lleva décadas denunciando el expolio al Sur pero es cierto que no cae en ningún momento en la crítica facilona y agradecida a la Iglesia, lo cual le  honra.

 

Bien común.

Finalmente destacamos que no plantea el Bien Común en el horizonte de salida. Señala que no es un libro moral, ni religioso, solo sociológico. Pero  es un tema insoslayable. El «empoderamiento de la colectividad» por interés propio del que habla para el  necesario cambio de estructuras  está colgado en el aire. El «interés» de la colectividad ha demostrado ser radicalmente inadecuado para alcanzar la justicia[7]. Solo un concepto común del Bien del ser humano que construya vínculos comunitarios,  personales, familiares y  de tipo político también, podrá ser camino para el cambio de estructuras. El empoderamiento es un invento de los poderosos para seguir engañando al pueblo.

Agracemos a Stephan Lessennich su honradez profesional y científica porque objetivamente ha contribuido al Bien Común con este gran libro.

 

Carlos Llarandi Arroyo

Profesionales por el Bien Común

 

[1] Lessenich, Stephan. La sociedad de la externalización. Ed. Herder. Barcelona. 2019.

[2] Catedrático de sociología de la Universidad Ludwig Maximilians de Munich. Entre 2013 y 2017 fue presidente de la Sociedad Alemana de Sociología

[3] Cf. Todo el magisterio social de San Juan Pablo II.

[4] Ya en los años 80 del siglo XX se estimaba que el porcentaje de la economía del Norte fruto del expolio al Sur podría oscilar entre el 25% y el 40%.

[5] Actualmente no hay corporación trasnacional que no tenga su propia ONG que no haya integrado el falso ecologismo y la ideología de género para chantajear a los empobrecidos de la Tierra.

[6] Esta es la realidad de la gran productividad capitalista.

[7] Toda la dinámica del derecho a decidir termina imponiendo un concepto de la política donde prima el interés del más fuerte.

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