Informe OCDE: El ascensor social en España, está averiado

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El ascensor social en España está “averiado”, aunque en algunos aspectos funciona mejor que en otros países como Alemania y Francia. Lo dicen los datos que, entre otras cosas, muestran que la movilidad social vinculada al nivel de estudios de los padres es particularmente baja en España si se compara con la OCDE. 

Así lo ha constatado un informe de la OCDE que ahonda en las oportunidades de los ciudadanos de diferentes países del mundo de “escalar” su posición económica. En este sentido, el informe ha destacado, de forma general y no solo en España, que en todos los países que conforman la OCDE el ascensor social no funciona porque mientras las personas que provienen de familias que se encuentran en lo más alto del nivel de ingresos permanecerán en lo alto, la gente con menos ingresos tiene que luchar por ascender hasta un nivel de renta medio.

En este sentido, España necesita soluciones urgentes, ya que en materia de educación, sobre todo por el abandono escolar, y de empleo, en concreto por los parados de larga duración, las cosas no están funcionando.

Mientras que un 69 % de los hijos españoles de padres con estudios superiores van a la universidad, un 56 % de aquellos cuyos progenitores no han llegado al segundo ciclo de la enseñanza secundaria se quedan con un bajo nivel educativo. El estudio precisa que en la OCDE esos porcentajes son del 63 % y del 42 % respectivamente de media.

España se sitúa entre los países con menor movilidad de los países miembros estudiados, en una lista que cierra Portugal y en la que, en el otro extremo, el país es Corea del Sur.

Los autores del estudio vinculan esos pobres resultados con el sistema educativo, y señalan que “pese a las mejoras de los últimos años”, tiene el mayor porcentaje de la Unión Europea de alumnos que abandonan los estudios prematuramente (19,9 % en 2015) y el nivel de competencias es “bajo”, en particular entre los jóvenes.

Sin embargo, aunque pueda parecer paradójico por el pobre desempeño del ascensor social en la educación, España es uno de los países con mayor movilidad entre generaciones en términos de ingresos.

Un 28 % de los hijos cuyos padres están entre el 20 % con menores ingresos continuarán en España en la parte baja de la escala social, comparado con el 31 % en la OCDE.

En el otro extremo, un 34 % de los españoles cuyos padres se sitúan entre el 20 % de los más ricos forman parte de esa élite económica, frente al 42 % de media en el “club de los países desarrollados”.

Para que el descendiente de una familia del 20 % con menos recursos llegue al nivel de vida medio en España hacen falta de media cuatro generaciones, frente a las 4,5 de media en la OCDE como conjunto (dos en Dinamarca, tres en Noruega, Finlandia y Suecia, y hasta 6 en Francia, Alemania y Chile y 7 en Hungría).

Y eso pese a que el nivel de desigualdad de ingresos en España es superior al de la organización y al de la inmensa mayoría de sus socios europeos, como Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Holanda (con las excepciones del Reino Unido, Portugal, Grecia e Irlanda).

Sin embargo, para una misma persona, las posibilidades de cambiar de grupo en la escala social en términos de ingresos a lo largo de su vida son menores que en la OCDE.

En concreto, un 64 % (frente al 57 % en la OCDE) de quienes se ubican en el 20 % más modesto no logran salir de ahí, mientras que un 72 % (frente al 68 %) de los que componen el 20 % más adinerado consiguen mantenerse en ese estrato privilegiado.

Los autores del estudio señalan que la falta de movilidad se puede explicar en parte por el elevado nivel de paro de larga duración y porque muchos de los desempleados que finalmente obtienen un puesto de trabajo a menudo es precario.

No cabe duda que estas espirales o ciclos negativos, entre paro-precariedad y educación, convocan a muchos jóvenes en España a la dinámica del abandono escolar, e incluso a la marginalidad.  Las filosofías económicas y las políticas cortoplacistas en economía y en educación generan estos  fuertes desajustes sociales, que son caldo de cultivo de los populismos de este siglo.

Corporaciones (plataformas) «colaborativas y precarizantes» engullen a estas personas, haciendo de ellas marionetas del destino, a merced de los vientos que puedan venir. Esperamos que profesionales preocupados por el Bien Común pongan fin a esta espiral que aplasta a los más débiles.

Ver informe OCDE

Profesionales por el Bien Común

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