Alimentación: El miedo a las grasas

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“Es difícil hacer que alguien entienda algo cuando su sueldo depende de no entenderlo” Upton Sinclair

Hace unos años la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria anunció la nueva pirámide alimentaria. Hubo cambios reales y positivos, pero los antiguos dogmas siguen en constante permanencia: pan y pasta en la base, carne fresca se iguala a la procesada y la mantequilla se trata como bollería (¡toda esa grasa saturada!).

En primer lugar, para entender la importancia de la grasa, nos tenemos que adentrar en el fascinante mundo de nuestra evolución humana:

Durante parte de nuestra historia, hemos vivido en la época glaciar; de hecho la última época glaciar ocurrió hace 11.000 años. A través del estudio de coprolitos y heces fosilizadas estudiadas por arqueólogos y paleoantropólogos, consiguieron averiguar cuál era la alimentación de nuestros antepasados en la época glaciar:

Nuestra dieta se basaba en grasas,  las cuales se conseguían a través de los animales que cazábamos. No consumíamos apenas vegetales, a pesar de este hecho, gozábamos de una gran salud.

Evidentemente, no estamos recomendando exclusivamente este patrón alimenticio, de hecho los vegetales y frutas son de vital importancia para la regulación de diversos mecanismos de nuestro organismo. Pero, es importante conocer el valor de las grasas.

A pesar de que la sociedad está acogiendo e incluyendo esas grasas vitales para nuestra salud.. ¿Por qué sigue la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria evitando las grasas?

Debido, por supuesto, a intereses económicos.

Tenemos que hacer mención a un evento que realizó la SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria) el cual se habló del balance energético. ¿Quién era el patrocinador? ¡Coca-Cola!

Además, es conocido que multinacionales como Coca-Cola o Kellog’s tienen más influencia en las recomendaciones oficiales que los buenos científicos, pero podían disimular un poco.

Por otro lado, la creación por parte de  la industria de la idea de que las grasas saturadas son perjudiciales todavía persiste en nuestros días, ignorando que existen muchos tipos de grasas saturadas, con efectos saludables sobre nosotros. Habría que dedicar un artículo completo para detallar los tipos y variedades de grasa saturada pero mencionemos un tipo de ácido graso saturado para que el lector conozca de su importancia.

Un ejemplo típico de ácido graso saturado de cadena corta es el ácido butirato, presente en pequeñas cantidades en la grasa láctea. El butirato es el alimento favorito de las células del colon, también tiene propiedades anticancerígenas, antiinflamatorias además de fortalecer el sistema inmune y mejorar la sensibilidad a la insulina.

Un estudio sobre grasas saturadas y enfermedad cardiovascular en Holanda, donde más ingesta de grasa saturada se asocia con menor enfermedad cardiovascular. Se suma a metaanálisis recientes que siguen sin encontrar relación entre grasa saturada y enfermedad cardiovascular.

Otro estudio no encuentra vínculo entre el queso curado y los niveles de colesterol, a pesar de su elevada grasa saturada.

Un alimento con un porcentaje alto de ácidos grasos es el pescado. El pescado ha jugado un papel relevante en nuestra evolución. Algunos investigadores indican que nuestro cerebro se benefició de los ácidos grasos del pescado, especialmente DHA.

Además, está asociado con menor declive cognitivo. Cabe destacar su importancia incluso para el desarrollo del cerebro del bebé, de ahí su importancia durante el embarazo.

Hemos simplificado algunos ejemplos de alimentos en los que destacan por su aporte de ácidos grasos y, como indican las investigaciones más recientes son de vital importancia para nuestra salud.

Una de las revistas más conocidas y de alto impacto, la revista Time: publicó hace varios años una portada en la que reconoce muchos de los errores cometidos en las últimas décadas. Han tardado 30 años en cambiar de portada, más vale tarde que nunca.

No es casualidad que conforme las grasas se han reducido y los carbohidratos refinados y productos ultraprocesados han aumentado exponencialmente, la obesidad en la sociedad se ha disparado y los ingresos de la industria también.

Por tanto, la sociedad debe considerar en no culpar a cualquier macronutriente, en este caso, la grasa. ¿Por qué se acusa a la grasa y no a alimentos ultraprocesados, procesados y grasas trans? La industria alimentaria y las grandes corporaciones saben la respuesta.

Manu Martín Miras

Técnico Superior de Actividades Físico Deportivas
Estudiante de CC. del Deporte.

https://www.fitnessrevolucionario.com/2016/02/07/sobre-grasa-saturada-piramides-nutricionales-y-romances-publicos/

https://www.fitnessrevolucionario.com/2012/07/22/en-defensa-de-las-grasas/

https://www.fitnessrevolucionario.com/2018/01/13/queso/

https://academic.oup.com/ajcn/article/103/2/356/4564754

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26268692

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20071648

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