«Recuperemos nuestra pasión por educar» Jornada de Educación

Estamos llamados a SER ESPACIOS dónde rehacer y recuperar los vínculos que nacen del respeto, del reconocimiento del otro, de compañerismo, amistad, de solidaridad, de fraternidad
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Conclusiones de la Jornada de Educación para el Bien Común. Por una escuela del alma.

Lo que no se hace vida no pasa de estar en el mundo de las ideas, en el mundo virtual, en ese quejicoso y pernicioso lamento del “habría que…” que siempre le espetamos a los demás. Lo lógico, lo racional (aunque ahora no sabe uno qué quiere decir eso en medio de tanto subjetivismo y tanto emotivismo) es que después de escuchar, tomar notas, dialogar, soliviantar el deseo, aguijonear nuestra conciencia… asumamos algún compromiso y alguna responsabilidad concreta.

No nos cabe duda de que estamos en un momento dramático, crítico, y lleno de incertidumbres. Un momento disparatado, acelerado y fuera no sólo de nuestro control, sino del control de los que creíamos que lo tenían. En todos los planos, lo que quiere decir que también en el terreno educativo. Yo mismo he hablado y he escrito sobre el tema tomando prestada una expresión que escuchaba a muchas personas que reflexionan sobre esta etapa de la historia.

La expresión que usé fue la de EMERGENCIA EDUCATIVA. Y me explicaba con una cita de Benedicto XVI en la que cifraba esta EMERGENCIA como la experiencia- muchas veces, demasiadas veces, desesperanzada y frustrante- de fracasar en la formación de PERSONAS SÓLIDAS, capaces de colaborar con los demás (o sea, de hacerse responsables de los demás) y de dar sentido a su vida. La experiencia que a menudo tenemos como padres, como educadores en general, es de lo contrario: la de ver cómo aumentan las personas volubles, líquidas, inconsistentes, superficiales, alineadas, entretenidas… con una gran sensación de que su vida no tiene sentido. Este fracaso lo vemos reflejado en los niños, en los jóvenes, en sus familias, en la sociedad en general. La experiencia que tenemos muchas veces es la de trabajar y esforzarnos en algo que no tiene una orientación, un sentido claro…, la de echar horas en una Escuela que no hemos pensado, que no hemos reflexionado, que al final no es más que “otro lugar más” de dónde sale, si sale, el salario para vivir, fuera de ella, la vida que “se supone” queremos..

Mesa redonda sobre experiencias educativas: Mari Mar Araus, Gema Fuentes, Marina Ponce y Oscar Arcera

Pero en esta Jornada hemos querido hacer una llamada urgente a RECUPERAR nuestra pasión por educar, a que la sed que provoca este DESIERTO, se convierta en SED por avivar, actualizar, despertar, … nuestra vocación de educadores.

Estamos llamados a SER OASIS, en medio del DESIERTO de la falta de sentido.

Estamos llamados a SER ESPACIOS de ENCUENTRO. Testimonios vivos, ejemplos, de madurez, de responsabilidad, de compromiso, de servicio a los demás. Todos y cada uno de nosotros hemos se capaces de levantar la cabeza de los papeles y mirar a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, a nuestros alumnos A LOS OJOS y ser capaces de ver más allá de sus circunstancias, de olfatear, de sentir, de tocar su ALMA, de percibir LA INFINITA DIGNIDAD se su existencia.

Estamos llamados a ser ESPACIOS DE LUZ y SER ESPACIOS DESDE DÓNDE ejercitar la atención al mundo, para escuchar y contemplar en él su belleza, pero también sus GRITOS de desesperación. Su consistencia a pesar de las injusticias en las que está envuelto.

Estamos llamados a SER ESPACIOS dónde rehacer y recuperar los vínculos que nacen del respeto, del reconocimiento del otro, de compañerismo, amistad, de solidaridad, de fraternidad. Espacios de Convivencia (no de mera coexistencia), espacios en dónde ponemos los cimientos de la PAZ.

Estamos llamados al gesto de CONTEMPLAR, DE CUIDAR, DE CONSTRUIR, DE REPOSAR, DE TESTIMONIAR. Estamos llamados a construir ESCUELAS del ALMA, a MULTIPLICAR las Escuelas del Alma.

Requiere poder seguir encontrándonos, requiere elegir un itinerario FORMATIVO para nuestra propia Alma

Pero eso REQUIERE no sólo de un momento de luz y entusiasmo. Requiere poder seguir encontrándonos, requiere elegir un itinerario FORMATIVO para nuestra propia Alma. Un itinerario en el que necesitaremos a los demás, a un grupo de personas (tal vez pequeño, pero un grupo). Requiere esfuerzo, constancia y perseverancia para mantenernos en él. Requiere recalibrar nuestras prioridades, darle importancia (es decir, tiempo) a lo que tiene importancia (y, por lo tanto, ser capaces de rehacer nuestra agenda para que lo que vemos importante tenga tiempo). Requiere REFLEXIÓN, estudio, contemplación, que nos cuidemos los educadores unos a otros. En definitiva, que formemos nosotros también parte de UNA PEQUEÑA ESCUELITA DEL ALMA. Sólo somos testimonio de lo que vivimos.

No vale lamentar que nuestros alumnos viven en la patología del individualismo, la soledad, la alienación, la adicción, el egoísmo, el sinsentido… y no ofrecerlos ni tan siquiera la ESPERANZA de que en el encuentro con nosotros perciban una vida distinta, más plena (no más cómoda, ni menos dolorosa, sino más plena), que pueda ser una señal, un sendero, un camino posible a transitar.

Os agradecemos mucho vuestra asistencia. Pero sobre todo esperamos que, DEJANDO VUESTRO contacto en el puesto, NOS PODAMOS SEGUIR ENCONTRANDO otra vez más. Para seguir contando CÓMO VA NUESTRA AVENTURA en la Escuela del Alma.

Manuel Araus

Miembro del grupo de educadores de Profesionales por el Bien Común

Educador

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