Otra vez instrumentalizando la escuela para un «proyecto político» nacionalista

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La esfera pública en Cataluña, conformada en gran medida por la Escuela estatal,  ha sido ocupada y monopolizada por el nacionalismo

La instrumentalización de la Escuela al servicio de determinados proyectos político-ideológicos es un hecho.  Sin olvidar que hoy, las directrices de cualquier reforma educativa ya no proceden de los Estados nación, sino de organismos supranacionales que tampoco son inocuos en cuanto a planteamientos político-ideológicos.

El sistema escolar catalán también ha sido instrumentalizado. Lo nuevo es que dentro de un Estado-nación democrático se haya puesto un subsistema educativo territorial al servicio de un proyecto alternativo y secesionista.

Los hechos, llegados al “referéndum 1-O” no hacen más que corroborar una sucesión de intervenciones ante las que no cabe aducir inconsciencia. El 1-O vimos a la comunidad educativa ocuparlas por el procés, contra la ley y la justicia que, si has aceptado las reglas del Estado de Derecho vigente, no tienes derecho a romper unilateralmente. Después, movilizaciones contra la actuación gubernamental y acoso a hijos de servidores públicos, provocados por profesores. Sigue y seguirá habiendo un reguero de denuncias de manipulación ideológica.

Aquí van algunos de los componentes más significativos de esta instrumentalización:

La lengua materna.

La lengua materna, que para la mayoría era y es el castellano, ha dejado de ser vehicular y, en las comunicaciones, ha sido reducida a asistencial. ¿No del todo? No, claro, sólo todo lo posible y, mañana, más. La coartada: el catalán, en desventaja en la calle, necesita compensación, y la inmersión facilita la cohesión social. La realidad es que el castellanohablante se ve en desventaja, como cualquier grupo separado de su lengua materna; y se envía un mensaje: el castellano es tan ajeno como el inglés (sólo que este lo hablan los ricos y, aquel, los pobres).

Programas y textos.

El sindicato catalán de profesores Acció per a la Millora de l’Ensenyament Secundari (AMES) ha elaborado un informe en el que denuncia «planteamientos ideológicos partidistas y tendenciosos» en los libros de Ciencias Sociales de 5º y 6º de Primaria de las siete principales editoriales que se distribuyen en Cataluña. Eso por no hablar de los mitos y mentiras que forman parte del relato “nacionalista”.

Cuando determinados contenidos transmitidos están sometidos, como poco, a diversas interpretaciones que además generan fuertes polémicas, lo honesto es, en la transmisión, señalarlas. Pero cuando se transmiten en la institución escolar con presunta objetividad, constituyen, sin duda alguna, una manipulación.

Y los profesores que transmiten también son cómplices.

¿Es congénito el nacionalismo en el profesorado? Incontables regímenes y Gobiernos lo han querido, pero el nacionalismo español fue dinamitado por el franquismo, que nos escarmentó para decenios, mientras que los periféricos salieron impolutos, absueltos de su oscuro pasado y beatificados.

Sondeos electorales y elecciones sindicales indican que el profesorado es más nacionalista que el común, o que lo es en mayor proporción. Las comunidades han aliviado al profesorado de la movilidad geográfica y la inmersión ha dado al de Cataluña, aspirantes incluidos, ventajas competitivas en ella sin merma de oportunidades en el resto.

Quedan las familias.

Al igual que en otros ámbitos, determinadas asociaciones de padres se arrogan la representatividad de todas las familias. Es el caso de La Fapac, que escenificó con la comunidad educativa la entrega simbólica de las llaves a Puigdemont y aportó infantería para abrirlos (y para las fotos).

Más de la mitad de las familias sin embargo tienen por lengua habitual (y por lo tanto, en su cultura esencial) el castellano. Tres cuartas partes de las familias prefieren un bilingüismo vehicular. Por la inmigración interior (jóvenes) y exterior (hispanoamericana), el castellano es más frecuente entre las familias con hijos en la escuela (familias más pobres por cierto), y esta es la primera institución con que muchas entran en contacto. Esto sería una razón de más para el bilingüismo es decir, para una inculturación no excluyente sino más solidaria. Pero la Fapac sólo habla catalán y nunca se mostrado equidistante del procés, siempre favorable

En conclusión

Lo cierto es que el sistema escolar en Cataluña está premeditadamente instrumentalizado al servicio de un proyecto ideológico- político nacionalista. Probablemente tanto como lo pueda estar el resto del sistema educativo en el Estado español pero sin olvidar que muchas de las competencias en esta materia están transferidas a las Comunidades Autónomas.

Lo cierto es, también, que en este país no hemos conseguido aún el tan cacareado “pacto de estado” para la enseñanza. ¿Y no serán los “nacionalismos” excluyentes y demás de deseos, más o menos velados de cuotas de poder político- ideológicos de uno y otro signo, los que lo impiden? Queda mucho que recorrer para que la Escuela sea verdaderamente pública (no estatal, aunque pueda ser coordinada por el Estado), al servicio del bien común, solidaria, compensatoria de las desigualdades sociales y autogestionaria.

Manuel Alcocer

Extractado de solidaridad.net

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