El ser humano es solidaridad, no materia esperando a ser mejorada
Los actuales presupuestos post y transhumanistas conectan con la filosofía que sostiene el desarrollo que se está produciendo en la Inteligencia Artificial. Una filosofía que propone un ser humano menguado, mediante un reduccionismo interesado del intelecto humano y su ser más profundo; esperando ser mejorado por las nuevas tecnologías. Se nos quiere imponer una idea de naturaleza humana muy deformada y desenfocada. ¿A quién interesa este dislate?
Sostenía el filósofo Xavier Zubiri que es falso que todo momento estructural de la intelección (intelecto humano) tenga su expresión formal en el lenguaje lógico predicativo. Zubiri emplea el término logificación para señalar el hecho de que tanto la lógica formal tradicional como la lógica simbólica contemporánea -que no desconoció- han suplantado la infinita morfología del pensamiento humano por una sola de sus formas: el juicio o la proposición lógica.
¿Qué tiene esto que ver con las propuestas biopolíticas actuales y el debate técnico-legal sobre inteligencia artificial? Mucho
Nos quieren hacer creer que el ser humano se ha quedado en una imperfección de su propia autoconstrucción lógica, en un estadio primitivo y defectuoso, y necesita ser mejorado y modificado por los algoritmos y dispositivos. Estas propuestas son en el fondo, una evolución del antiguo fisicalismo y biologicismo, incluso del pensamiento lógico-racional de tinte aristotélico, reduciendo al hombre a un ser lógico-matemático.
Hoy en día lo santones de las grandes plataformas tecnológicas, la mayoría multimillonarios, plantean alinear su desarrollo (IA), con los valores que la sociedad “desea”
El problema sobreviene una vez más en este momento histórico, ¿quién impone estos valores?
Lo cierto es que todos estos patriarcas digitales y lobbies con miles de millones de dólares en sus bolsillos, plantean una oposición a una IA descontrolada, a merced de grandes corporaciones. Pero debajo coexiste una guerra de poder en quién impondrá las normas éticas de los distintos procesos, quién en definitiva los controlará y llevará el timón de la vida humana en la tierra. Nada nuevo bajo el sol, sino véase el desarrollo del mismo internet…
Por ejemplo ¿consistirán estos valores que desean alinear en desconectar cerebros dopados de activadores neuronales implantados, cuando no sea rentable su mantenimiento o cuando el nivel de deterioro neuronal así lo aconseje?
¿Pondrán en valor los algoritmos que el hombre es proceso, es historia, es relación y es solidaridad; o sólo advertirán de los riesgos de tener un accidente de tráfico o de adquirir una u otra enfermedad a 30 años vista, o quizás aconsejarán una desconexión vital vía bio-relés cuando le interese a la nueva economía?
Son ejemplos, como se pueden dar miles de ellos, en el frenético cambio de época que se está produciendo.
Los desafíos que plantea esta antropología que desprecia la humanidad y su proyección solidaria son inmensos.
Son los mismos planteamientos que hacen hoy en día, que un joven esclavo del reparto a domicilio en la economía bajo demanda (bajo la dictadura del click), sea una mera prolongación de un “magnífico” algoritmo que genera beneficios. Y así convierten al ser humano, en el último eslabón “mecánico” de una economía sin conciencia, negando que el hombre es solidaridad. Pero, señores, es en la dimensión solidaria donde está el quicio del mejoramiento humano, ¿o no lo ven?.
Por eso todos los planteamientos que no entren en estos aspectos de las dimensiones de la naturaleza humana, son absolutamente equivocados y por tanto contra el Bien Común.
Alberto Mangas
Profesionales por el Bien Común