El negocio del big data genético

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Las empresas farmacéuticas apuestan por el Big Data, en cuanto a almacenar el material genético de cada persona, con vista a ensayar la efectividad de la medicación, y así abrir una gran vía de negocio en las sociedades enriquecidas.
Esta tendencia apunta a profundizar en un tipo de sanidad y medicalización al acceso de unos pocos, sin perspectiva de una sanidad universal por el Bien Común.

GlaxoSmithKline (GSK), el mayor laboratorio de Reino Unido, ha alcanzado un acuerdo de «colaboración exclusiva» durante los próximos cuatro años con la empresa estadounidense de perfiles genéticos 23andMe, en la que realizará una inversión de 300 millones de dólares (256 millones de euros), según ha informado la multinacional.

Durante el periodo contemplado en el acuerdo, las empresas utilizarán la base de datos y estadísticas de 23andMe para impulsar el descubrimiento de nuevos objetivos farmacológicos que puedan avanzar a la fase de desarrollo.

23andMe cuenta con una subscripción de 5 millones de clientes que han enviado muestras de su saliva que se analizan para identificar cambios genéticos en 700,000 ubicaciones diferentes en sus genomas, que contienen 6 mil millones de pares de códigos de bases de ADN. Los consumidores obtienen información básica sobre algunas diferencias genéticas y sus ancestros. A cambio, 23andMe gana un vasto tesoro de información genética. ¿Para que la usa?

La multinacional podrá detectar los efectos de las medicaciones a prueba en cada perfil genético para ahondar en una farmacología y unas terapias médicas de «francotirador».

¿Cómo usarían Glaxo y 23andMe esta información en el desarrollo de medicamentos? Un ejemplo se puede ver a través de un gen llamado LRRK2 que está relacionado con algunos casos de la enfermedad de Parkinson. El Parkinson es común y afecta a aproximadamente un millón de estadounidenses. Se cree que 10.000 tienen Parkinson causado por LRRK2. Glaxo está trabajando en un medicamento LRRK2, pero para encontrar pacientes para evaluarlo es necesario evaluar a 100 pacientes con Parkinson para encontrar un posible sujeto de prueba.

Pero 23andMe ya tiene 250 pacientes de Parkinson con la variante del gen LRRK2 que han aceptado volver a contactarse para los ensayos clínicos. Esto podría permitirle a Glaxo desarrollar su medicamento mucho, mucho más rápido. (Denali Therapeutics también está desarrollando un medicamento LRRK2, que se encuentra en ensayos clínicos iniciales).

Otra posibilidad es que la comparación de personas con diferentes versiones del mismo gen le permita a Glaxo tener una idea temprana sobre si los cambios que incluso un medicamento intenta hacer en el cuerpo funcionarían: información potencialmente valiosa en un negocio donde 9 de cada 10 medicamentos que comiencen las pruebas en humanos nunca lleguen al mercado.

¿Nos llevará esto a una medicina más universal, a una sanidad al alcance de los más pobres?, lo dudamos.

Incluso aparecen nuevas tendencias a anticiparse al miedo, al X % de factores genéticos que puedan predisponerme a una enfermedad, generando otro tipo de «miedo». Como en una suerte de «Monirity Report» de la sanidad, donde tu historia puede ser «modificada».

Conocido es el caso de la actriz Angelina Jolie, quien, consciente de su historial familiar, se extirpó mamas y ovarios, evitando un desenlace como el de sus parientes. Eso sí, sólo un 10% de los tumores son hereditarios, el resto están condicionados por factores ambientales o de malos hábitos. Desde este precedente, hoy ya es una realidad, ya están en la calle los test genéticos…

¿Esto traerá una mejor sanidad para paises empobrecidos, donde se necesitan políticas globales sanitarias, desde los servicios públicos de higiene, pasando por el hambre y llegando a la atención primaria?

Más bien parece que se implantará esta sanidad para unos pocos, donde el ser centro de un algortimo de tu nivel de salud, no nos hará más felices. Sin entrar en las facetas instrumentalistas de los seguros de vida, de los empleos y de las distintas probabilidades a contraer una enfermedad en tu perspectiva vital.

Es tiempo de repensar la sanidad, como la humanidad misma. Objetivar qué sentido tiene la comunidad, el entorno y la vida social en el enfermo, la familia, la vivienda y el trabajo digno; así como entender la vida y la sanidad como servicio al Bien Común, y no como una batalla empresarial por el big data. ¿Estamos preparados?

Alberto Mangas

Profesionales por el Bien Común

 

 

 

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