La soledad como fuente de enfermedad mental

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Nuevos estudios han concluido que vivir solo está vinculado a trastornos mentales comunes que incluyen trastornos del estado de ánimo, ansiedad y trastornos por abuso de sustancias.

Estas condiciones pueden tener un impacto significativo en el individuo, por supuesto, pero debido a su alta prevalencia, también afectan a la sociedad en general (casi un tercio de las personas experimentarán un trastorno mental en su vida).  Los científicos están interesados ​​en comprender la gama completa de factores de riesgo que contribuyen a la salud mental,  investigando si vivir solo podría ser uno de esos factores de riesgo.

 

Presentamos a continuación tres estudios recientes que profundizan en la vinculación entres soledad y enfermedad mental:

1.- Un nuevo estudio, cuyos resultados han aparecido recientemente en la revista PLOS ONE, (Relationship between living alone and common mental disorders in the 1993, 2000 and 2007 National Psychiatric Morbidity Surveys), revisa nuevamente esta pregunta. Los autores del estudio concluyen que existe un vínculo entre vivir solos y las enfermedades mentales. También encuentran que afecta a todos los grupos de edad y sexos, y que principalmente, la soledad es el factor desencadenante.

 

2.-  Un estudio del Hospital General de Massachusetts (MGH), Estados Unidos, ha encontrado evidencia de que los niños menores de tres años son más vulnerables a los efectos de la adversidad/soledad  en sus perfiles epigenéticos, (etiquetas químicas que alteran la expresión génica y pueden tener consecuencias para la salud mental futura). Su informe que aparece en la edición del 15 de mayo de Biological Psychiatry, encuentra que el momento en el que se producen las experiencias adversas tiene efectos más importante que la cantidad de esas experiencias.

 

“Una de las principales preguntas sin respuesta en psiquiatría infantil ha sido: ¿Cómo los factores estresantes que los niños experimentan los hacen más vulnerables a los problemas de salud mental en el futuro?’” se pregunta Erin Dunn, ScD, MPH, de la revista Psychiatric and Neurodevelopmental Unidad de Genética en el Centro MGH de Medicina Genómica, autor del informe: “Estos hallazgos sugieren que los primeros tres años de vida pueden ser un período especialmente importante para configurar procesos biológicos que en última instancia dan lugar a afecciones de salud mental. Si estos resultados se replican, implican que la priorización de políticas e intervenciones para los niños que experimentaron adversidad durante esos años puede ayudar a reducir el riesgo a largo plazo de problemas como la depresión “.

 

3.- Los autores del tercer estudio buscaron vínculos entre vivir solos y las enfermedades mentales en general, e investigaron qué factores parecían estar influyendo en la relación. Para investigar, los científicos de la Universidad de Versalles Saint-Quentin-en-Yvelines en Francia analizaron datos de 20,503 adultos, de 16 a 74 años, que vivían en Inglaterra. Los datos provienen de tres encuestas nacionales de morbilidad psiquiátrica que los expertos realizaron en 1993, 2000 y 2007. Los autores encontraron que el número de personas que viven solas ha crecido constantemente. En 1993, el 8,8 por ciento vivía solo. Esto se compara con el 9,8 por ciento en 2000 y el 10,7 por ciento en 2007.

 

Su análisis también mostró que en todos los grupos de edad y sexos, había una asociación significativa entre vivir solos y tener un trastorno mental. Cuando los científicos profundizaron en la relación entre los trastornos mentales y vivir solos, encontraron que la soledad explicaba el 84 por ciento de la asociación.

 

 

Epidemia de soledad

 

En el Reino Unido, alrededor de una quinta parte de la gente dice estar sola; alrededor de 200,000 personas mayores no han tenido una conversación con un amigo o familiar en más de un mes. Al otro lado del Atlántico, los responsables políticos están preocupados por la soledad, y muchos expertos la describen como una “crisis de salud pública”. Un estudio de 2010 sobre estadounidenses mayores de 45 años encontró que un poco más de un tercio (35%) de los encuestados se clasificaron como solitarios. Y una encuesta de Kaiser Family Foundation / The Economist en 2018 encontró que el 22% de los adultos en los EE. UU. “siempre se sienten solos o a menudo, carecen de compañía o se sienten excluidos o aislados”.

Por supuesto, no todos los que viven solos están solos. Sin embargo, para aquellos que lo son, las intervenciones que se les propone desde las instituciones para enfrentar la soledad y evitar el desarrollo de una enfermedad mental, incluyen terapias de conversación o actividades asociativas (lecciones de arte o clases de baile), acciones de atención social o incluso intervenciones basadas en animales.

 

La familia es la piedra angular del edificio social

 

Los estudios presentados citan la desestructuración familiar como uno de los factores más importantes del desarrollo de esta “crisis de salud pública”, aunque no ahondan en el porqué de esta desestructuración. Es necesario profundizar en el papel que juega la familia como vertebradora del edificio social y como su desestructuración planificada puede estar en el fondo del drama social de la soledad.

Son necesarias políticas que tengan como fin la reconstrucción del edificio social poniendo de nuevo la base en la familia como elemento de fraternidad y solidaridad entre las personas.

Lo demás serán entretenimientos sociales.

 

 

Carlos Martínez Cerezal

Médico

Profesionales por el Bien Común

 

 

 

 

 

 

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